La crisis política que generó las elecciones presidenciales en Ecuador, producto de tan cuestionados resultados, aún continúa. La proclamación altamente propagandizada de los resultados de escrutinio y las menguadas movilizaciones no despejan la opinión social que la continuación del correísmo es obra de un fraude.
Este fenómeno estalla con el balotaje, pero su origen es anterior. Las expresiones que adopta son de un cuestionamiento generalizado a un régimen que logró en un momento pasado ser hegemonía política e ideológica; aunque su declive, como sucede en otras latitudes de Latinoamérica, está siendo capitalizado hasta ahora por proyectos políticos que reivindican a la burguesía tradicional.
Para evitar el declive del correísmo y la profundización de la crisis política desde el oficialismo se experimenta una suerte de desmarcamiento crítico del licenciado Moreno con respecto a Rafael. Este desmarcamiento apela a la necesidad del cambio de estilo para poder superar las grietas de un país fraccionado en el que cerca del 50% de la población reivindica su posición política anticorreísta.
¿Pero estará dispuesto Lenin Moreno a romper con esta tendencia o amagará diferencias con el presidente Correa apelando a la estética superficial de los llamados estilos?
A propósito el próximo mandatario del Ecuador ya se pronunció: “Con el presidente Correa diferimos con el estilo de gobierno. El país estaba devastado en la década pasada, y se necesitaba otro tipo de estilo en el gobierno. Un estilo confrontador, porque había que confrontar a todas las aberraciones políticas, económicas y sociales. Este estilo de gobierno es probable que para este momento ya no sea útil.”
De las palabras del ungido presidente se deducen las contradicciones (no fundamentales) existentes entre las facciones correístas que disputan el liderazgo de la continuidad de ese proyecto político, la vigencia o alternabilidad de caudillo y las pugnas burocráticas para acomodarse en los cargos de la institucionalidad del Estado.
Por ello es que el performance de estilo político que intenta el licenciado Moreno (tolerancia, diálogo y respeto) es un experimento postizo para ganar legitimidad en el arranque de su mandato presidencial, pues está perseguido por el fantasma del escarnio público que lo acusa de adulterar la voluntad de sufragio del pueblo ecuatoriano.
Tal es la desesperación del oficialismo, que el libreto de este ensayo tragicómico demandó de Moreno su intervención para solicitar al Controlador y a la SUPERCOM que desistan de consumar las sanciones que los organismos de justicia y control impusieran a los longevos miembros de la Comisión Ciudadana Anticorrupción y a varios medios de comunicación.
Es posible que el oficialismo haya obtenido ciertos réditos con este simulacro de nueva conducta, aunque deja entrever sutilmente un aire de prolongación en la imponencia del nuevo ejecutivo sobre las restantes instituciones del Estado.
Lo cierto es que más temprano que tarde el show del estilo perderá trascendencia, cuando en el ejercicio del gobierno se imponga la secuencia y profundización de un régimen que reedita las horas más negras de larga noche neoliberal por su carácter capitalista y dependiente del imperialismo, aunque todos los esfuerzos discursivos-propagandísticos pretendan disfrazarlo de una naturaleza distinta.
La respuesta a la pregunta planteada cae por su propio peso. La sumatoria de las malas características de los llamados gobiernos alternativos[1] será el real rostro del continuismo correísta.
Es indudable que cada vez se diferencian menos de lo que en otrora criticaron.
Lcdo. Francisco Escandón Guevara
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[1] Autoritarismo, excesivo endeudamiento público, cooptación de la institucionalidad del Estado, generalización de la corrupción, apertura a la expoliación de las riquezas nacionales para los capitales privados, modernización de la infraestructura económica, aperturismo al libre comercio y negociación de tratados comerciales, precarización de los derechos laborales, decrecimiento de la economía, escalada de la violencia estatal y paraestatal, etc.